“toda mi vida estudiando y no consigo salir del siglo XIX”, comentaba perplejo este grandísimo músico en el ensayo previo al concierto. Más tarde, sin descuidar su faceta de profe de piano, deslumbró con un recital de una extraordinaria dificultad técnica.

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sus explicaciones y posterior interpretación de la sonata 23, Op. 57 de Beethoven nos permitió viajar desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Acto seguido, sus manos volaban sobre el teclado con la excusa de interpretar “correctamente” los estudios de Chopin. Finalmente fue capaz de sumergirnos en los cuadros de una exposición de Músorgski. Sin duda: un programa exigente, rico y coherente.

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musicalidad, virtuosismo y humildad definen a este músico de Valladolid. Su paso por los conservatorios de Salamanca, Moscú y París le hicieron crecer para traerle de vuelta a casa y maravillarnos con su talento. Tras el concierto la ovación unánime de un público sobrecogido, alterado por la música que seguía resonando en el espacio, aclamó la vida de aquel joven que sin salir del siglo XIX hizo estremecer los silencios. │